El mundo es una esfera de cristal
el hombre anda perdido si no vuela
no puede comprender la transparencia
(Pablo Neruda)

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Las ciudades como motor de la actividad económica.

La perspectiva de los economistas ha estado generalmente alejada de la toma de decisiones en la ordenación del territorio y el urbanismo, al menos en la Comunidad Valenciana. Son pocos los equipos redactores de instrumentos de planeamiento territorial o urbanístico que incorporan un economista entre los profesionales que lo componen. Tampoco la Administración prevé, en su relación de puestos de trabajo, técnicos con formación en esta disciplina entre aquellos cuya función es elaborar o evaluar los planes.

Tradicionalmente, en la década de los 70 y 80 del siglo XX la participación de los economistas se ceñía al estudio económico financiero de los planes. El objeto de estos estudios era analizar los costes de ejecución de los instrumentos de planeamiento y la capacidad de financiación pública o privada. La Ley Reguladora de la Actividad Urbanística y la Ley Urbanística Valenciana suprimieron la necesidad de estudio de los planes, posponiendo el análisis económico al Programa para cada actuación urbanística. Tras dos décadas sin estudios financieros de los instrumentos de planeamiento, la Ley del Suelo de 2007 y la Ley 8/2013 de Renovación y Regeneración Urbana y Rehabilitación de Edificios recuperan este tipo de análisis a través de las figuras del estudio de sostenibilidad económica y del estudio de viabilidad económica. La Ley de Ordenación del Territorio, Urbanismo y Paisaje de la Comunidad Valenciana ha recogido estos documentos entre aquellos necesarios para la elaboración de planes. Desde mi punto de vista la aportación de la perspectiva económica en el ámbito de la planificación que deriva de estos documentos se centra en aspectos concretos del sector inmobiliario (inversiones necesarias, beneficios y capacidad de financiación para llevarlas a cabo) pero adolece de una valoración de la incidencia de las previsiones de la ordenación propuesta y de las inversiones en la actividad económica general, no se analizan las la adecuación a las necesidades ni las consecuencias, favorables o desfavorables, sobre el desarrollo de los sectores económicos de la localidad y su área de influencia.

Por ejemplo, si el urbanista decide cambiar la ubicación de un polígono industrial del área urbana para desplazarlo a la periferia y sustituirlo por una área residencial, con los informes referidos  se analizará el coste para las administraciones públicas del cambio que supondrá pasar de industrial a residencial y la viabilidad económica del nuevo desarrollo residencial, pero no se analiza cómo afecta este cambio a la actividad económica, a la atracción de inversiones, a la demanda, al empleo, a la incidencia sobre otras actividades existentes etc.. Tampoco se analiza si esta es la mejor de las opciones posibles desde un punto de vista económico (en lugar de una zona residencial se podría haber pensado en un terciario educacional, deportivo, o comercial). Lo mismo ocurre si se decide un modelo de ciudad policéntrico o concéntrico, si hablamos de ciudad compacta o difusa, las previsiones de infraestructuras y dotaciones se valoran desde la perspectiva ambiental y territorial y desde el punto de vista de  la legislación urbanística, pero no desde la perspectiva de su incidencia en la económica.

En mi opinión, en la actualidad y con carácter general, la parte económica de los planes se limita a su incidencia en el sector inmobiliario, en concreto en el producto de la urbanización y la edificación. El urbanismo tiene por objeto crear suelo urbanizado para dar cabida a construcciones y edificaciones. Este proceso parte de un suelo en situación rural o rústica (agrícola, forestal, baldío), en el que se ejecutan las infraestructuras y obras necesarias para implantar los servicios urbanísticos (suministro de energía eléctrica y alumbrado público, abastecimiento de agua potable, evacuación de aguas residuales y acceso y encintado de aceras) obteniendo de esta forma los terrenos la condición de solar edificable. Lo mismo cabría decir si, en lugar de un suelo no urbanizado, se tratara de un suelo urbanizado al que se le da una nueva ordenación y hay que reformar y regenerar. Este proceso, que responde a la función pública de urbanizar, en España se realiza a través una fórmula “sui generis” de colaboración público privada. Los propietarios de los terrenos afectados por este proceso de transformación  urbanística ceden a la Administración los terrenos necesarios para que las parcelas adquieran la condición de solar y pagan los costes de urbanización. A cambio obtienen los terrenos, que no son objeto de la cesión, ya urbanizados. La plusvalía que genera esta transformación es tal que da para compensar la cesión de los terrenos a la Administración, el pago de las obras de urbanización y la obtención de atractivos beneficios.

Con este planteamiento la parte económica del planeamiento se centra en la cantidad de suelo que los planes urbanísticos ordenan para ser objeto de esta transformación, la administración obtiene infraestructuras, dotaciones, equipamiento y un porcentaje de suelo sin coste alguno y los propietarios obtienen solares y maximizan las plusvalías minorando los costes, es decir, obtienen el mayor beneficio por la actividad urbanística.

Para que el sector inmobiliario pueda funcionar es necesario que personas y empresas se implanten o quieran implantarse en un territorio. Los residentes han de permanecer en la ciudad y desarrollar su trabajo en ella, o foráneos deben sentirse atraídos para localizar sus empresas y su residencia ella. Si no hay nuevos crecimientos el sector inmobiliario se paraliza. No hace falta suministrar más solares o edificios.  Como dice Edward Glasser, “las ciudades no salen de la decadencia a base de edificios. Esto será consecuencia del éxito y no su causa”.

Los documentos que se están elaborando en la actualidad sobre el futuro de las ciudades coinciden en que el 70% de la población mundial vivirá en las ciudades antes del año 2050. En los países en desarrollo cada mes acceden más de 5 millones de personas a las ciudades. Pero además se indica que va a existir competencia entre las ciudades y que los habitantes se desplazarán de unas a otras, por lo que el crecimiento de una ciudad no sólo dependerá del crecimiento vegetativo y de la inmigración sino del decrecimiento de algunas ciudades. “Cuando la construcción está paralizada en una ciudad el crecimiento se producirá en otra” (Edward Glaser). Este fenómeno ya se está produciendo, por ejemplo Detroit que fue un gran núcleo insdustrial está perdiendo habitantes en favor de otras localidades. Hay ciudades como Leipzig o Liverpool que ante la caída de la actividad industrial manufacturera en Europa han tenido que reinventarse y ahora están empezando a recuperar la población perdida a finales del siglo XX. La regresión de la población y la desaparición de las empresas inciden directamente en el sector inmobiliario.

Las ciudades si no crecen, si no hay inversión y actividad económica, decrecen, tienen menos población al no haber trabajo, hay menos servicios (hospitales, universidades, centros de salud, colegios, transporte, etc.)  Esta cuestión es muy importante para el futuro de las ciudades. Las urbes no son estáticas. Son lugares paradójicos que viven de cambiar constantemente.

Hoy se están planteando ciertas tendencias que se están generando el desarrollo de las ciudades del mundo hoy en día:

1. Atracción del Talento.
Las razones que llevan a una ciudad a triunfar tienen más que ver con el capital humano que con cualquier otra consideración. Lo que de verdad puede otorgar pujanza a una ciudad es atraer a la misma a ciudadanos cualificados, sobre todo si están en contacto con la economía mundial.


2. La calidad de vida urbana como factor de competitividad.
La calidad de vida se configura como otro factor de competitividad en cuanto que capaz de atraer las ideas y el talento a la ciudad. Algunas de las ciudades que más están desarrollando, atrayendo talento, población y crecimiento se preocupan por mantener altos estándares de calidad de vida tal es el caso de Vancouver, Chicago y Singapur.

3. Vuelta al centro de la ciudad.
Las principales ciudades que están creciendo en el mundo en la actualidad lo hacen desde el interior. Ha disminuido la continua expansión urbana en la periferia de las áreas urbanas que caracterizaba la ordenación del territorio de la segunda década del siglo XX. Las personas prefieren el contacto con otras personas. Las personas con talento prefieren relacionarse con otros profesionales para compartir sus experiencias. Los economistas observan que propiciar que las personas estén en contacto en las ciudades impulsa la creatividad y acelera el crecimiento económico. En la segunda década del siglo 21, el efecto ciudad está más marcado que nunca. (The Guardian Cities 9/11/2014).


Estas tendencias, el análisis de la atracción de talento, la generación de crecimiento económico y las repercusiones que en todo ello tiene el modelo urbanístico y territorial de un municipio o región son un campo de actividad para los profesionales de la economía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario